martes, 5 de febrero de 2013

La candelaria. Ensayo de un estudiante


La Candelaria; Una vieja historia

Al andar por la ciudad, uno puede ver las cosas desde distintas perspectivas o puntos de vista, y se puede  contemplar el entorno con solo mirar el aspecto de cada una de las personas que tenemos delante de sí, porque nos hace creativos y nos evidencia la diferencia que existe entre unos  y otros.

Es por esta razón, que a continuación hablaré de uno de los lugares considerados quizá, de los  más importantes que tiene  la capital de Colombia, el barrio La Candelaria, conocido nacional e internacionalmente por miles de turistas que la visitan.
 “La mayor parte de sus construcciones son consideradas bienes de interés cultural porque  conservan sus valores de autenticidad, originalidad, estética y son representativos para nuestro país. Con el paso de los años se han ido constituyendo en un permanente testimonio vivo de su historia y forman parte del Patrimonio Histórico. Lamentablemente con el paso del tiempo y a causa de incendios (1900) y confrontaciones sociales como el llamado Bogotazo (propiciado por el magnicidio del Caudillo Jorge Eliécer Gaitán) y la reconstrucción social realizada durante las últimas administraciones distritales en el centro de la ciudad, han desaparecido algunas edificaciones.
La Candelaria forma parte de la Localidad 17 (división administrativa de la ciudad) que lleva su mismo nombre: Está ubicada en la zona suroriental de la ciudad. Se extiende  de sur a norte entre las calles sexta y trece o  Avenida Jiménez y de Oriente a Occidente entre la Avenida Circunvalar y la carrera Octava. Por su condición propia de organización administrativa, tiene un alcalde local, - Edilberto Guerrero Ramos -, quien  fue elegido por un periodo de cuatro años y termina su mandato en el año 2015.

El punto Central es la  Plaza de Bolívar, nombre que se le dio en homenaje del Libertador Simón Bolívar a partir de 1846. Se dice que la ciudad se inicio en este lugar con 12 chozas que la conformaban, allí también se colocaron las primeras piedras de la Catedral Primada de Colombia;  esta plaza representa la importancia del sector ya que se encuentran las principales organismos institucionales como el Congreso de la Republica, la Catedral Primada de Bogotá, el Palacio de Justicia, la  Alcaldía Mayor de Bogotá (Palacio Liévano), el Colegio Mayor de San Bartolomé y la Casa del 20 de Julio donde se dio el grito de Independencia, entre otros.

La  Candelaria  concentra la mayor actividad Cultural con cerca de 500 Instituciones o Grupos Artísticos, Museos y Centros de Investigación o Formación, que se convierten en sus principales atractivos. Está conformada por 6 barrios con construcciones tipo Colonial y Republicano, muchas de ellas conservan su estructura original y sol a sol exponen un paisaje colorido. Sus casas se caracterizan porque tienen entre  uno  y tres patios (conocidos como segundo patio y traspatio) ubicados en las partes  centrales y alrededor de las habitaciones;  son espacios donde se desarrollan las actividades familiares, se conservan también las que poseen zaguanes laterales que sirven de entrada y comunicación entre los espacios interiores.”

Se dice, que si las casas de la Candelaria ubicadas en el centro histórico y cultural al sur-Oriente de Bogotá hablaran, nos contarían tantas cosas. Hablarían de virreyes, que aún recorren las antiguas casas coloniales; de sombras misteriosas, cuyos pasos atraviesan la soledad de la noche. Historias que  estarían llenas de murmullos que se entretejen en medio de balcones y de escalinatas de madera, que crujen al paso de un fantasma en estas antiguas y hermosas casas. Hablarían de ilustres caballeros de fina armadura que arrastran sus cadenas por las adoquinadas calles que alguna vez perturbaron  la tranquilidad de las personas que las habitaban o de seres malévolos del más allá que, con el correr de los años, se convirtieron en unos habitantes más del centro histórico de la capital de Colombia, Bogotá.
Con lo anterior, solo se puede decir  que son mitos o leyendas que han sido contadas generación tras generación por nuestros propios antepasados que habitaron por muchos años estas antiguas construcciones, como mi abuela, quien en medio de los cuentos de terror  hace 45 años dio a luz a mi madre, en una de esas casas de tres patios.

Ahora bien, hay que hablar de la realidad que afrontamos actualmente. La Candelaria patrimonio histórico turístico y cultural, con las transformaciones del mundo globalizado, ha sido irrumpida por un estilo de vida nuevo, orientado hacia lo comercial, invadido por la presencia de un alto número de instituciones universitarias, hechos que trajeron consigo, la  apertura del mercado de estupefacientes.
Por eso no es difícil creer que esas estructuras antiguas y coloniales que alguna vez fueron  habitada por españoles, criollos o tal vez por algunos virreyes, son visitadas ahora por habitantes de la calle.

Y es que así, lo registran  día tras día, las noticias de los diferentes medios de comunicación, que evidencian las voces de inconformidad por parte de los transeúntes y habitantes del sector  quienes manifiestan su permanente inseguridad  al caminar por las diferentes calles, en esta parte de la ciudad, en especial en horas de la noche, donde su atractiva arquitectura se convierte en  cómplice de la venta de estupefacientes y en muchas ocasiones, de robos.

Otra realidad que alberga La Candelaria es su continua decadencia estructural como producto de las marchas que autoriza la administración distrital. Según la Alcaldía Mayor de Bogotá, en los últimos años debido a las manifestaciones y los desacuerdos que los ciudadanos capitalinos han tenido con el gobierno Colombiano, se han producido grandes alteraciones publicas en el centro de la ciudad donde estudiantes, vándalos y  paramilitares infiltrados han atentado contra esta parte de la ciudad,   deteriorando las estructuras de las fachadas de este sitio histórico,  alterando la tranquilidad de sus habitantes, en su mayoría ancianos, que han recibido como herencia, generación tras generación, esas viviendas o parte de ellas y tratan de conservarlas intactas.
Todas las situaciones descritas anteriormente, evidencian algunos de los hechos que negativamente han transgredido la óptima conservación patrimonial de esta hermosa localidad capitalina. Por ello varios organismos institucionales de la ciudad como El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, el Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal, IDPAC, y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, SDCRD, se han unido para desarrollar la campaña "Viva mi patrimonio", que tiene como fin embellecer las fachadas de los Bienes de Interés Cultural de la localidad de La Candelaria.
Este evento se iniciará con una jornada en la que todos los propietarios o responsables de los inmuebles aportarán la mano de obra para la intervención y reconstrucción de algunas fachadas ubicada por la carrera 3ª, desde la Calle 6ª hasta el Eje Ambiental. Por su parte  las entidades del Distrito destinarán 100 millones de pesos en la asistencia, asesoría técnica del equipo de obra y en la compra de materiales como pinturas, brochas y demás insumos necesarios, que serán entregados en kits.
Esta campaña hace parte del proyecto "Paisaje Urbano" del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, que consiste en la recuperación de fachadas en bienes y sectores de interés cultural de Bogotá, y del programa "Obras con Participación Ciudadana" (OPC) del Instituto de la Participación y Acción Comunal, que busca fortalecer la organización comunitaria, la participación social y ciudadana a través del desarrollo de obras de interés comunitario en espacios públicos.
Es importante destacar este tipo de actividades toda vez que promueven tareas de carácter social y cultural con el propósito de consolidar el derecho colectivo al patrimonio cultural, mediante la participación ciudadana y con el acompañamiento técnico en la intervención de los bienes y sectores de interés cultural de Bogotá.

 Esas acciones que impiden la consolidación de nuestro patrimonio cultural deben ser mitigadas a través de planes y programas como los que promueve la Administración de Bogotá en este sector de La Candelaria, buscando tener una mejor imagen y un cambio radical en la estructura histórica, cultural y social de esta importante zona de Bogotá; generando seguridad a través de tareas conjuntas entre las autoridades como la disminución en el porcentaje de indigencia , la reducción de hurtos, la extinción de expendidos de droga y el control a  la invasión del espacio publico por parte de los vendedores informales o mas conocidos como vendedores ambulantes. Estas acciones sin duda incrementarán  los índices de participación turística en la ciudad.
Es por esta misma razón, destaco igualmente con importancia la consolidación del proyecto que busca la peatonalización del centro de la ciudad, con el fin de hacer efectiva la formalización de la actividad por parte de los vendedores ambulantes en esta zona de la ciudad y la asignación de 3.000 hombres que se encargaran y formaran un nuevo grupo elite para custodiar y cuidar esta zona de la ciudad.

Las diferentes acciones que emprendan las organizaciones tanto locales como nacionales frente al tema de la preservación patrimonial de la Candelaria, siempre tendrán como recompensa un alto reconocimiento, porque  internacionalmente la  fachada colorida, antigua y colonial bogotana, será una de las atracciones que mueve a miles de turistas a visitar nuestra ciudad; reflejo incomparable de  la belleza de nuestra geografía colombiana.

Pontificia Universidad Javeriana

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