La Candelaria; Una
vieja historia
Al andar por la ciudad, uno puede ver las
cosas desde distintas perspectivas o puntos de vista, y se puede contemplar el entorno con solo mirar el
aspecto de cada una de las personas que tenemos delante de sí, porque nos hace
creativos y nos evidencia la diferencia que existe entre unos y otros.
Es por esta razón, que a continuación
hablaré de uno de los lugares considerados quizá, de los más importantes que tiene la capital de Colombia, el barrio La
Candelaria, conocido nacional e internacionalmente por miles de turistas que la
visitan.
“La mayor parte de sus construcciones son consideradas
bienes de interés cultural porque conservan sus valores de autenticidad,
originalidad, estética y son representativos para nuestro país. Con el paso de
los años se han ido constituyendo en un permanente testimonio vivo de su
historia y forman parte del Patrimonio Histórico. Lamentablemente con el paso
del tiempo y a causa de incendios (1900) y confrontaciones sociales como el llamado
Bogotazo (propiciado por el magnicidio del Caudillo Jorge Eliécer Gaitán) y la
reconstrucción social realizada durante las últimas administraciones
distritales en el centro de la ciudad, han desaparecido algunas edificaciones.
La Candelaria forma
parte de la Localidad 17 (división administrativa de la ciudad) que lleva su
mismo nombre: Está ubicada en la zona suroriental de la ciudad. Se
extiende de sur a norte entre las calles
sexta y trece o Avenida Jiménez y de
Oriente a Occidente entre la Avenida Circunvalar y la carrera Octava. Por su
condición propia de organización administrativa, tiene un alcalde local, - Edilberto Guerrero Ramos -, quien fue elegido por un periodo de cuatro años y
termina su mandato en el año 2015.
El punto Central
es la Plaza de Bolívar, nombre que se le dio en homenaje del Libertador
Simón Bolívar a partir de 1846. Se dice que la ciudad se inicio en este lugar
con 12 chozas que la conformaban, allí también se colocaron las primeras
piedras de la Catedral Primada de Colombia; esta plaza representa la
importancia del sector ya que se encuentran las principales organismos
institucionales como el Congreso de la Republica, la Catedral Primada de Bogotá,
el Palacio de Justicia, la Alcaldía
Mayor de Bogotá (Palacio Liévano), el Colegio Mayor de San Bartolomé y la Casa
del 20 de Julio donde se dio el grito de Independencia, entre otros.
La Candelaria concentra la mayor actividad
Cultural con cerca de 500 Instituciones o Grupos Artísticos, Museos y Centros
de Investigación o Formación, que se convierten en sus principales atractivos.
Está conformada por 6 barrios con construcciones tipo Colonial y Republicano, muchas
de ellas conservan su estructura original y sol a sol exponen un paisaje
colorido. Sus casas se caracterizan porque tienen entre uno y tres
patios (conocidos como segundo patio y traspatio) ubicados en las partes centrales y alrededor de las habitaciones; son espacios donde se desarrollan las
actividades familiares, se conservan también las que poseen zaguanes laterales
que sirven de entrada y comunicación entre los espacios interiores.”
Se dice, que si las casas
de la Candelaria ubicadas en el centro histórico y cultural al sur-Oriente de
Bogotá hablaran, nos contarían tantas cosas. Hablarían de virreyes, que aún
recorren las antiguas casas coloniales; de sombras misteriosas, cuyos pasos
atraviesan la soledad de la noche. Historias que estarían llenas de murmullos que se
entretejen en medio de balcones y de escalinatas de madera, que crujen al paso
de un fantasma en estas antiguas y hermosas casas. Hablarían de ilustres
caballeros de fina armadura que arrastran sus cadenas por las adoquinadas
calles que alguna vez perturbaron la
tranquilidad de las personas que las habitaban o de seres malévolos del más
allá que, con el correr de los años, se convirtieron en unos habitantes más del
centro histórico de la capital de Colombia, Bogotá.
Con lo anterior, solo se puede decir que son mitos o leyendas que han sido contadas
generación tras generación por nuestros propios antepasados que habitaron por
muchos años estas antiguas construcciones, como mi abuela, quien en medio de
los cuentos de terror hace 45 años dio a
luz a mi madre, en una de esas casas de tres patios.
Ahora bien, hay que hablar de la realidad
que afrontamos actualmente. La Candelaria patrimonio histórico turístico y
cultural, con las transformaciones del mundo globalizado, ha sido irrumpida por
un estilo de vida nuevo, orientado hacia lo comercial, invadido por la
presencia de un alto número de instituciones universitarias, hechos que trajeron
consigo, la apertura del mercado de
estupefacientes.
Por eso no es difícil creer que esas estructuras
antiguas y coloniales que alguna vez fueron habitada por españoles, criollos o tal vez por
algunos virreyes, son visitadas ahora por habitantes de la calle.
Y es que así, lo registran día tras día, las noticias de los diferentes
medios de comunicación, que evidencian las voces de inconformidad por parte de los
transeúntes y habitantes del sector quienes
manifiestan su permanente inseguridad al
caminar por las diferentes calles, en esta parte de la ciudad, en especial en
horas de la noche, donde su atractiva arquitectura se convierte en cómplice de la venta de estupefacientes y en
muchas ocasiones, de robos.
Otra realidad que alberga La Candelaria es
su continua decadencia estructural como producto de las marchas que autoriza la
administración distrital. Según la Alcaldía Mayor de Bogotá, en los últimos
años debido a las manifestaciones y los desacuerdos que los ciudadanos
capitalinos han tenido con el gobierno Colombiano, se han producido grandes
alteraciones publicas en el centro de la ciudad donde estudiantes, vándalos y paramilitares infiltrados han atentado contra
esta parte de la ciudad, deteriorando
las estructuras de las fachadas de este sitio histórico, alterando la tranquilidad de sus habitantes, en
su mayoría ancianos, que han recibido como herencia, generación tras
generación, esas viviendas o parte de ellas y tratan de conservarlas intactas.
Todas las situaciones descritas
anteriormente, evidencian algunos de los hechos que negativamente han
transgredido la óptima conservación patrimonial de esta hermosa localidad
capitalina. Por ello varios organismos institucionales de la ciudad como El
Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, el Instituto Distrital de la
Participación y Acción Comunal, IDPAC, y la Secretaría de Cultura, Recreación y
Deporte, SDCRD, se han unido para desarrollar la campaña "Viva mi
patrimonio", que tiene como fin embellecer las fachadas de los Bienes de
Interés Cultural de la localidad de La Candelaria.
Este evento se iniciará con
una jornada en la que todos los propietarios o responsables de los inmuebles
aportarán la mano de obra para la intervención y reconstrucción de algunas
fachadas ubicada por la carrera 3ª, desde la Calle 6ª hasta el Eje Ambiental.
Por su parte las entidades del Distrito
destinarán 100 millones de pesos en la asistencia, asesoría técnica del equipo
de obra y en la compra de materiales como pinturas, brochas y demás insumos
necesarios, que serán entregados en kits.
Esta campaña hace parte del
proyecto "Paisaje Urbano" del Instituto Distrital de Patrimonio
Cultural, que consiste en la recuperación de fachadas en bienes y sectores de
interés cultural de Bogotá, y del programa "Obras con Participación
Ciudadana" (OPC) del Instituto de la Participación y Acción Comunal, que
busca fortalecer la organización comunitaria, la participación social y
ciudadana a través del desarrollo de obras de interés comunitario en espacios
públicos.
Es importante destacar este
tipo de actividades toda vez que promueven tareas de carácter social y cultural
con el propósito de consolidar el derecho colectivo al patrimonio cultural,
mediante la participación ciudadana y con el acompañamiento técnico en la
intervención de los bienes y sectores de interés cultural de Bogotá.
Esas acciones que impiden la consolidación de
nuestro patrimonio cultural deben ser mitigadas a través de planes y programas
como los que promueve la Administración de Bogotá en este sector de La
Candelaria, buscando tener una mejor imagen y un cambio radical en la
estructura histórica, cultural y social de esta importante zona de Bogotá;
generando seguridad a través de tareas conjuntas entre las autoridades como la disminución
en el porcentaje de indigencia , la reducción de hurtos, la extinción de expendidos
de droga y el control a la invasión del
espacio publico por parte de los vendedores informales o mas conocidos como
vendedores ambulantes. Estas acciones sin duda incrementarán los índices de participación turística en la
ciudad.
Es por esta misma razón, destaco
igualmente con importancia la consolidación del proyecto que busca la
peatonalización del centro de la ciudad, con el fin de hacer efectiva la formalización
de la actividad por parte de los vendedores ambulantes en esta zona de la
ciudad y la asignación de 3.000 hombres que se encargaran y formaran un nuevo
grupo elite para custodiar y cuidar esta zona de la ciudad.
Las diferentes acciones que
emprendan las organizaciones tanto locales como nacionales frente al tema de la
preservación patrimonial de la Candelaria, siempre tendrán como recompensa un
alto reconocimiento, porque internacionalmente
la fachada colorida, antigua y colonial
bogotana, será una de las atracciones que mueve a miles de turistas a visitar
nuestra ciudad; reflejo incomparable de
la belleza de nuestra geografía colombiana.
Pontificia Universidad Javeriana
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